Descripción general

La dermatografía es una afección en la que, al rascarse levemente la piel, se producen líneas elevadas, inflamadas o ronchas. Estas marcas suelen desaparecen en menos de 30 minutos. La afección también se conoce como dermografismo y escritura sobre la piel.

No se conoce la causa de la dermatografía, puede estar relacionada con una infección, un disgusto emocional o un medicamento que estés tomando.

La dermatografía es inofensiva. La mayoría de las personas con esta afección no necesitan tratamiento. Si los síntomas te provocan molestias, habla con tu proveedor de atención médica, que puede recetarte algún medicamento para la alergia.

Síntomas

Los síntomas de la dermatografía pueden incluir:

  • Líneas elevadas e inflamadas donde te raspaste.
  • Ronchas por fricción.
  • Hinchazón.
  • Picazón.

Los síntomas pueden ocurrir dentro de unos pocos minutos después de que la piel se frote o raspe. Suelen desaparecer dentro de 30 minutos. En raras ocasiones, los síntomas se desarrollan más lentamente y duran varias horas o varios días. El trastorno en sí puede durar unos meses o años.

Cuándo debes consultar a un médico

Consulta con el proveedor de atención médica si los síntomas te molestan.

Causas

No se sabe cuál es la causa exacta del dermografismo. Puede ser una reacción alérgica, aunque no se ha encontrado ningún alérgeno específico.

Los síntomas del dermografismo pueden desencadenarse por cosas simples. Por ejemplo, el roce con la ropa o las sábanas puede irritar la piel. En algunas personas, los síntomas aparecen después de una infección, estrés emocional, vibraciones, exposición al frío o medicamentos.

Factores de riesgo

La dermatografía puede producirse a cualquier edad. Suele ser más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes. Si tienes otras afecciones cutáneas, es posible que tengas un riesgo mayor. Una de estas afecciones es la dermatitis atópica (eccema).

Prevención

Para disminuir las molestias y prevenir los síntomas de dermatografía, sigue estos consejos:

  • Trata la piel con suavidad. Usa un jabón suave o un producto de limpieza que no contenga jabón, y sécate la piel con pequeños golpecitos. Usa prendas fabricadas con telas que no piquen. Usa agua tibia cuando te bañes o duches.
  • No te rasques. Trata de no rascarte. Este es un buen consejo para cualquier afección de la piel.
  • Mantén la piel humectada. Usa cremas, lociones o ungüentos todos los días. Las cremas y los ungüentos son más espesos y, por lo general, funcionan mejor que las lociones. Aplica el producto mientras la piel aún esté húmeda después del lavado. Úsalo de nuevo durante el día, según sea necesario.