La diabetes y los pies

Pies sanos de una mujer

Hágase revisar los pies en cada visita de atención médica.

Si usted tiene diabetes, esta es una manera de seguir en buen pie: revísese los pies todos los días—aunque sienta que estén bien—y vea a su médico si tienen algún corte o ampolla que no cicatrice.

Hay muchas cosas para manejar cuando se tiene diabetes, como revisarse el nivel de azúcar en la sangre, preparar alimentos saludables, encontrar tiempo para hacer actividad física, tomar medicamentos, ir a citas médicas… Con todo esto, el cuidado de los pies podría ser lo último en su lista. Pero el cuidado diario es una de las mejores maneras de prevenir las complicaciones relacionadas con los pies.

Aproximadamente la mitad de las personas con diabetes tienen algún tipo de neuropatía diabética (daño a los nervios). El daño a los nervios puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero los nervios de los pies y las piernas son los que más frecuentemente se ven afectados. El daño a los nervios puede causar la pérdida de sensación en los pies.

No sentir dolor

Algunas personas con daño a los nervios tienen adormecimiento, hormigueo o dolor en la parte del cuerpo afectada, pero otras no tienen ningún síntoma. El daño a los nervios también puede reducir la capacidad de sentir dolor, calor o frío.

Vivir sin dolor parece bastante bueno, pero tiene un costo alto. El dolor es la forma en que el cuerpo le dice que algo anda mal, para que usted pueda cuidarse. Si no siente dolor en los pies, puede que no se dé cuenta de si tiene cortes, ampollas, llagas u otro problema. Los problemas pequeños pueden convertirse en problemas serios si no se los trata temprano.

Cómo prevenir el daño a los nervios

¿Qué es lo más importante que puede hacer para prevenir el daño a los nervios o para evitar que empeore? Mantenga sus niveles de azúcar en la sangre dentro de su rango objetivo lo más posible. Otros buenos hábitos para el manejo de la diabetes también pueden ayudar:

  • No fume. El tabaquismo reduce la circulación de la sangre a los pies.
  • Siga un plan de alimentación saludable, que incluya comer más frutas y verduras y menos azúcar y sal.
  • Haga actividad física: hacer entre 10 y 20 minutos al día es mejor que una hora una vez a la semana.
  • Tome los medicamentos según las indicaciones del médico.

¿Podría usted tener daño a los nervios?

Cualquier persona con diabetes puede presentar daños a los nervios, pero los siguientes factores aumentan su riesgo:

  • Niveles de azúcar en la sangre difíciles de manejar
  • Haber tenido diabetes por mucho tiempo, particularmente si sus niveles de azúcar en la sangre son a menudo más altos que sus niveles objetivo
  • Tener sobrepeso
  • Tener más de 40 años de edad
  • Tener presión arterial alta
  • Tener colesterol alto

El daño a los nervios, junto con la mala circulación de la sangre —otra complicación de la diabetes— lo pone en riesgo de que se le hagan úlceras (llagas o heridas) en los pies que pueden infectarse o no cicatrizar bien. Si una infección no mejora con tratamiento, es posible que se le deba amputar (quitar mediante una operación) ese pie, dedo del pie o parte de la pierna para evitar que la infección se extienda y salvarle la vida.

Cuando se revisa los pies todos los días, puede descubrir los problemas temprano y hacérselos tratar de inmediato. El tratamiento temprano reduce inmensamente el riesgo de amputación.

Consejos para tener los pies sanos

Mujer mirando la planta de sus pies en un espejo

Llegue a la raíz de los problemas en los pies usando un espejo o pidiendo ayuda.

Revísese los pies todos los días en busca de cortes, enrojecimiento, hinchazón, llagas, ampollas, callos, durezas o algún otro cambio en la piel o las uñas. Use un espejo si no se puede ver la planta de los pies o pídale a un familiar que lo ayude.

Lávese los pies todos los días con agua tibia (no caliente). No los deje remojar. Séqueselos completamente y aplíquese loción en la parte de arriba y abajo de los pies, pero no entre los dedos porque esto puede llevar a infecciones.

No camine nunca descalzo. Póngase siempre zapatos y medias o zapatillas, incluso cuando esté adentro, para evitar las lesiones. Revise que no haya piedritas u otros objetos dentro de los zapatos y que la parte de adentro esté lisa y suave.

Utilice zapatos que le queden bien. Cuando vaya a comprar zapatos nuevos, la mejor forma de ver si le quedan bien es probándoselos al final del día cuando los pies tienden a estar más grandes. Acostúmbrese a los zapatos nuevos de a poco, usándolos inicialmente una o dos horas al día hasta que sean del todo cómodos. Siempre use medias con los zapatos.

Córtese las uñas de los pies en línea recta y luego límese suavemente las asperezas. Pídale a su especialista de los pies (podólogo) que le corte las uñas si usted no puede verse o llegar a sus pies.

No se quite usted mismo los callos o durezas y, especialmente, no use productos de venta sin receta para quitárselos porque podrían quemarle la piel.

Hágase revisar los pies en cada visita de atención médica. También visite al especialista de los pies cada año (más seguido si tiene daño a los nervios) para que le haga un examen completo, lo cual incluirá revisar la sensación y la circulación de sangre en los pies.

Mantenga la sangre circulando. Levante los pies cuando esté sentado y mueva los dedos de los pies durante unos minutos varias veces a lo largo del día.

Elija actividades no riesgosas para los pies, como caminar, andar en bicicleta o nadar. Pregúntele al médico cuáles actividades son mejores para usted y cuáles debe evitar.

Asegúrese de preguntarle también qué otras cosas puede hacer para mantener los pies sanos.

Cuándo ver al médico

Si tiene alguno de los siguientes síntomas, no espere hasta la próxima cita y vea a su médico o especialista de los pies habitual de inmediato:

  • Dolor en las piernas o calambres en las nalgas, los muslos o las pantorrillas durante la actividad física.
  • Hormigueo, ardor o dolor en los pies.
  • Pérdida de la sensación del tacto o de capacidad para sentir bien el frío o el calor.
  • Cambio en la forma de los pies a lo largo del tiempo.
  • Caída del vello de los pies, los dedos de los pies y la parte inferior de las piernas.
  • Piel de los pies seca y resquebrajada.
  • Cambio en el color y la temperatura de los pies.
  • Engrosamiento o amarilleamiento de las uñas de los pies.
  • Infecciones por hongos, como pie de atleta entre los dedos de los pies.
  • Ampolla, llaga, úlcera, callo infectado o uña encarnada.

La mayoría de las personas con diabetes pueden prevenir las complicaciones graves en los pies. Cuidarse regularmente los pies e ir a todas las citas médicas son lo mejor que puede hacer para prevenir los problemas en los pies (y prevenir que los problemas pequeños se conviertan en problemas graves).