Diagnóstico

Puede resultar difícil diagnosticar la sarcoidosis debido a que suele ser una enfermedad que produce pocos signos y síntomas en sus estadios tempranos. Cuando se manifiestan los síntomas, estos pueden ser similares a los de otros trastornos.

Es posible que el médico comience con un examen físico y hable contigo sobre tus síntomas. También te escuchará atentamente el corazón y los pulmones, examinará tus ganglios linfáticos para comprobar si hay inflamación y te revisará cualquier lesión en la piel.

Las pruebas de diagnóstico pueden ayudar a descartar otros trastornos y determinar qué sistemas corporales pueden verse afectados por la sarcoidosis. Tu médico puede recomendarte pruebas tales como:

  • Análisis de sangre y orina para evaluar tu estado de salud general y el funcionamiento de los riñones y el hígado
  • Radiografías de tórax para controlarte los pulmones y el corazón
  • Exploración por tomografía computarizada del tórax para controlarte los pulmones
  • Análisis de la función del pulmón para medir el volumen pulmonar y cuánto oxígeno tus pulmones le proporcionan a la sangre
  • Electrocardiograma (ECG o EKG) para detectar problemas cardíacos y controlar el estado del corazón
  • Examen ocular para verificar si tienes problemas en la vista que puedan ser causados por la sarcoidosis
  • Exploración por tomografía por emisión de positrones (TEP) o imágenes por resonancia magnética (RM) si la sarcoidosis parece estar afectando tu corazón o el sistema nervioso central

De ser necesario, se pueden agregar otras pruebas.

Biopsias

Tu médico puede solicitar que se extraiga una pequeña muestra de tejido (biopsia) de la parte del cuerpo que se cree está afectada por la sarcoidosis para buscar los granulomas que, generalmente, se observan con el trastorno. Por ejemplo, si es necesario, se puede hacer una biopsia de la piel si tienes lesiones en la piel y de los pulmones y los ganglios linfáticos.

Tratamiento

No hay cura para la sarcoidosis, pero en la mayoría de los casos desaparece por sí sola. Es posible que ni siquiera necesites tratamiento si no tienes síntomas o si solo tienes síntomas leves de la afección. La gravedad y el alcance de tu afección determinarán si se requiere tratamiento y qué tipo de tratamiento es necesario.

Medicamentos

Si los síntomas son graves o si la función del órgano se ve amenazada, probablemente seas tratado con medicamentos. Estos pueden incluir lo siguiente:

  • Corticoesteroides. Estos medicamentos antiinflamatorios potentes, generalmente son el tratamiento de primera línea contra la sarcoidosis. En algunos casos, los corticoesteroides pueden aplicarse directamente sobre la zona afectada, mediante una crema en la lesión o mediante gotas en los ojos.
  • Medicamentos que inhiben el sistema inmunitario. Algunos medicamentos, como el metotrexato (Trexall) y la azatioprina (Azasan, Imuran), reducen la inflamación al inhibir el sistema inmunitario.
  • Hidroxicloroquina. La hidroxicloroquina (Plaquenil) puede ser útil para las lesiones de la piel y para los niveles elevados de calcio en la sangre.
  • Inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa. Estos medicamentos se usan, frecuentemente, para tratar la inflamación asociada con la artritis reumatoide. También pueden ser útiles para tratar la sarcoidosis que no responde a otros tratamientos.

Se pueden utilizar otros medicamentos para tratar síntomas o complicaciones específicos.

Otros tratamientos

Dependiendo de tus síntomas o complicaciones, se pueden recomendar otros tratamientos. Por ejemplo, puedes recibir fisioterapia para reducir la fatiga y mejorar la fuerza muscular, rehabilitación pulmonar para disminuir los síntomas respiratorios, o un marcapasos o desfibrilador cardíaco implantado para las arritmias cardíacas.

Controles continuos

El médico te verá con la frecuencia que dicten tus síntomas y tu tratamiento. Ver al médico con regularidad es importante, aunque no necesites tratamiento.

El médico vigilará tus síntomas, decidirá si los tratamientos son eficaces y se asegurará de que no existan complicaciones. El control incluirá pruebas periódicas que dependerán de tu afección. Por ejemplo, te podrán hacer con regularidad radiografías del tórax, análisis de laboratorio y orina, electrocardiogramas y exámenes de los pulmones, los ojos, la piel y cualquier otro órgano afectado. Es posible que la atención de seguimiento sea para toda la vida.

Cirugía

Se puede considerar el trasplante de órgano si la sarcoidosis daña gravemente los pulmones, el corazón o el hígado.

Estilo de vida y remedios caseros

Además del tratamiento, estos consejos de cuidado personal pueden ayudar:

  • Toma tus medicamentos según las indicaciones. Aunque empieces a sentirte mejor, no suspendas el medicamento sin la aprobación del médico. Respeta todas las consultas de seguimiento y control continuo. Dile a tu médico si tienes síntomas nuevos.
  • Elige un estilo de vida saludable. Estos pueden incluir llevar una dieta saludable, mantener un peso saludable, controlar el estrés y dormir lo suficiente.
  • Realizar actividad física de forma regular. El ejercicio físico regular puede mejorar el estado de ánimo, fortalecer los músculos y ayudar a reducir la fatiga que puede interferir con tus actividades diarias.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

Aunque la sarcoidosis puede desaparecer por sí sola, la vida de algunas personas se ve alterada para siempre por esta enfermedad. Si tienes problemas para enfrentarla, considera hablar con un consejero. También puede ser útil participar en un grupo de apoyo de sarcoidosis.

Preparación para la consulta

Como la sarcoidosis a menudo afecta los pulmones, es posible que se te derive a un especialista en pulmones (neumólogo) para que controle tu atención médica. Ir acompañado de un familiar o amigo puede ayudarte a recordar algún detalle que hayas pasado por alto u olvidado.

Qué puedes hacer

A continuación, incluimos información que te ayudará a prepararte para la consulta y a saber qué puedes esperar del médico.

Antes de la consulta, prepara una lista de lo siguiente:

  • Tus síntomas, incluyendo cuándo comenzaron y de qué manera se modificaron o empeoraron con el tiempo
  • Todos los medicamentos, vitaminas, hierbas u suplementos que tomas, y las dosis de cada uno
  • La información médica más importante, incluso otras afecciones diagnosticadas
  • Las preguntas para hacerle al médico

Algunas preguntas para hacerle al médico son las siguientes:

  • ¿Cuál es la causa más probable de los síntomas?
  • ¿Qué tipo de pruebas necesito hacerme? ¿Estas pruebas requieren alguna preparación especial?
  • ¿Cómo podría afectarme esta enfermedad?
  • ¿Cuáles son los tratamientos disponibles, y cuál me recomienda?
  • ¿Existen medicamentos que me puedan ayudar?
  • ¿Durante cuánto tiempo tendré que tomar medicamentos?
  • ¿Cuáles son algunos de los efectos secundarios del medicamento que me recomienda?
  • Tengo otros trastornos de salud. ¿Cuál es la mejor manera de controlar estas dos enfermedades juntas?
  • ¿Qué puedo hacer para ayudarme a mí mismo?
  • ¿Hay folletos u otros materiales impresos que pueda llevarme?
  • ¿Qué sitios web me recomienda para obtener información adicional?

No dudes en hacer cualquier otra pregunta durante la consulta.

Qué esperar del médico

Prepárate para responder las preguntas que el médico te puede hacer:

  • ¿Qué tipos de síntomas estás experimentando? ¿Cuándo comenzaron?
  • ¿Sabes si algún miembro de tu familia ha tenido sarcoidosis?
  • ¿Qué tipos de enfermedades has tenido en el pasado o tienes ahora?
  • ¿Qué medicamentos o suplementos tomas?
  • ¿Alguna vez has estado expuesto a toxinas ambientales, como en un trabajo agrícola o de fabricación?

El médico te hará preguntas adicionales según tus respuestas, síntomas y necesidades. Preparar y anticipar las preguntas te ayudará a aprovechar al máximo el tiempo con el médico.